Una cookie es un fichero inofensivo que se descarga en tu ordenador al acceder a determinadas páginas web. Las cookies permiten a una página web, entre otras cosas, almacenar y recuperar información sobre los hábitos de navegación de un usuario o de su equipo. Así, hay cookies que obtienen información relacionada con el número de páginas visitadas, la ciudad a la que está asignada la dirección IP desde la que se accede, el número de nuevos usuarios, la frecuencia y reincidencia de las visitas, el tiempo de visita, el navegador, el operador o el tipo de terminal desde el que se realiza la visita. Una cookie no es un virus, ni un troyano, ni un gusano, ni spam, ni spyware, ni abre ventanas pop-up.
Las cookies no suelen almacenar información sensible sobre ti, como tarjetas de crédito o datos bancarios, fotografías, tu DNI o información personal, etc. Los datos que guardan son de carácter técnico, preferencias personales, personalización de contenidos, etc. El servidor web no te asocia como persona si no a tu navegador web. De hecho, si navegas habitualmente con Internet Explorer y pruebas a navegar por la misma web con Firefox o Chrome verás que la web no se da cuenta que eres la misma persona porque en realidad está asociando al navegador, no a la persona.
Estos son algunos ejemplos:
- No podrás compartir contenidos de esa web en Facebook, Twitter o cualquier otra red social.
- Si realizas un comentario el sitio web no almacenará tus datos y tendrás que introducirlos de nuevo si deseas comentar otra vez.
- El sitio web no podrá realizar analíticas web sobre visitantes y tráfico en la web, lo que dificultará que ofrezca contenidos de vuestro interés.
- La web tampoco podrá saber si eres un humano o una aplicación automatizada que publica spam.
- No se podrá mostrar publicidad, lo que reducirá los ingresos publicitarios de la web y, por tanto, la calidad de sus contenidos.